El sistema de frenos es uno de los componentes más cruciales en cualquier vehículo, ya que su función principal es garantizar la seguridad de los ocupantes y de otros usuarios en la carretera. En auto.cl te explicamos en profundidad cómo funciona el sistema de frenos, los diferentes tipos que existen, cómo detectar posibles fallos y las mejores prácticas para su mantenimiento.
Frenos de tambor: Este es uno de los sistemas más antiguos y aún se utiliza en algunos vehículos, especialmente en los frenos traseros. Los frenos de tambor consisten en un tambor que gira con la rueda y una serie de zapatas dentro del tambor que se presionan contra él cuando se aplica el freno, lo que genera fricción y detiene el vehículo.
Frenos de disco: Este es el sistema más común en los vehículos modernos. En los frenos de disco, un rotor (o disco) gira con la rueda, y las pastillas de freno, situadas en una pinza, se presionan contra el disco cuando se aplica el freno. Esto genera fricción y calor, y detiene el vehículo.
Frenos ABS (Anti-lock Braking System): El ABS es un sistema que evita que las ruedas se bloqueen durante una frenada brusca. Este sistema utiliza sensores en las ruedas y una unidad de control que ajusta la presión de frenado para evitar el deslizamiento, permitiéndole al conductor mantener el control del vehículo.
Ruidos al frenar: Si escuchas un chirrido o un ruido metálico al frenar, es probable que las pastillas de freno estén desgastadas y necesiten ser reemplazadas. Un ruido de molienda podría indicar que el metal de las pastillas está en contacto con el disco, lo cual es una situación peligrosa.
Vibración en el pedal del freno: Si sientes que el pedal del freno vibra o pulsa cuando lo presionas, esto podría ser un signo de que los discos están deformados o tienen puntos calientes. También puede indicar un problema con el sistema ABS.
Pedal del freno esponjoso: Si el pedal del freno se siente esponjoso o tienes que presionarlo más de lo normal para que el vehículo se detenga, podría haber una fuga en el sistema de frenos o la necesidad de purgar el sistema para eliminar aire en las líneas.
Desviación del vehículo al frenar: Si el vehículo tiende a desviarse hacia un lado al frenar, puede ser indicativo de que hay un problema con los frenos en una de las ruedas, como un pistón de la pinza atascado o un disco deformado.
Luz de advertencia de frenos encendida: La luz de advertencia en el tablero es una señal clara de que algo está mal en el sistema de frenos. Esta luz puede encenderse por diversas razones, como bajo nivel de líquido de frenos o un problema con el sistema ABS.
Revisión regular de las pastillas de freno: Las pastillas de freno deben revisarse regularmente y reemplazarse si están desgastadas. El desgaste de las pastillas varía según el estilo de conducción y las condiciones de uso, pero generalmente se recomienda revisarlas cada 20.000 a 30.000 kilómetros.
Cambio de líquido de frenos: El líquido de frenos es higroscópico, lo que significa que absorbe humedad con el tiempo. Esto puede reducir su eficacia y causar corrosión en los componentes internos. Es recomendable cambiar el líquido de frenos cada dos años o según las indicaciones del fabricante.
Inspección de los discos y tambores: Los discos y tambores deben ser inspeccionados para detectar cualquier señal de desgaste o daño. Si los discos están rayados o deformados, es posible que necesiten ser rectificados o reemplazados.
Mantener el sistema ABS en buen estado: Aunque el sistema ABS es bastante fiable, es importante asegurarse de que los sensores y la unidad de control funcionen correctamente. Un chequeo regular en el taller puede ayudar a prevenir fallos inesperados.
Revisión de las líneas de freno: Las líneas de freno deben ser inspeccionadas para asegurarse de que no haya fugas ni daños. Las líneas de goma en particular pueden deteriorarse con el tiempo y deben ser reemplazadas si muestran signos de desgaste.