El precio de la gasolina es uno de los grandes factores a considerar a la hora de mantener un vehículo. Para muchos, las constantes fluctuaciones en su precio pueden generar más de un dolor de cabeza, por lo que hay que buscar alternativas para mantener bien controlado ese gasto.
En auto.cl compartimos seis recomendaciones para tener un mejor consumo de combustible.
Revisar el tipo de auto y motor de tu vehículo. Elegir conscientemente el tipo de vehículo y motor puede marcar una diferencia significativa en el gasto de combustible a largo plazo. Los modelos más modernos suelen incluir tecnologías avanzadas, como el modo de conducción ECO, diseñado para optimizar el consumo de combustible. Esta función ajusta la gestión del motor y la transmisión para reducir la aceleración rápida, y favorecer así el consumo.
Por otra parte, los vehículos con motores más grandes y pesados, como las SUVs o las camionetas tipo pick-up, tienden a consumir más combustible, mientras que vehículos más compactos, tales como los citycars o hatchbacks, ofrecen una resistencia al aire reducida, lo cual se traduce en una mejor aerodinámica y, por ende, en un menor consumo de combustible.
Por eso, si el vehículo será destinado para pocas personas y buscas que sea eficiente, es recomendable por optar por uno con dimensiones más pequeñas.
Conducir suavemente. Una conducción suave y medida, especialmente en la ciudad, puede ser muy relevante a la hora de reducir el consumo de combustible. Al moderar la aceleración y evitar arranques bruscos, es posible lograr un ahorro significativo de combustible, estimado entre un 10% y un 15%. Esto se debe a que el motor opera de manera más eficiente, evitando el trabajo excesivo y, por consiguiente, el consumo innecesario de gasolina. Como consecuencia también tendrás una conducción más suave.
Realizar el mantenimiento regularmente. El mantenimiento periódico del vehículo es esencial por una serie de razones, aunque la más relevante es asegurar un óptimo funcionamiento. Entre las tareas de mantenimiento más cruciales está el cambio periódico del aceite del motor. ¿La razón? El aceite es el encargado de lubricar los componentes metálicos del motor y así reducir la fricción y el desgaste. Ahora, si el lubricante ha perdido sus propiedades debido al uso prolongado puede causar un incremento en la fricción, y eso derivará en mayores temperaturas operativas y un consumo elevado de combustible.
Por eso, es importante revisar las fechas de mantenimiento recomendados por el fabricante, que comúnmente es alrededor de los 10 mil kilómetros.
Nivel de presión. La presión de los neumáticos afecta directamente el consumo de bencina, especialmente en viajes por carretera. Una presión superior a la recomendada puede reducir la superficie de contacto de los neumáticos con el suelo, lo que disminuye la resistencia pero también puede comprometer la adherencia y la seguridad.
Por el contrario, una presión insuficiente aumenta la superficie de contacto y, con ella, la resistencia al rodaje, lo que se traduce en un mayor consumo de combustible y un desgaste prematuro del neumático.
Por ello, la clave es ajustar la presión de los neumáticos según las especificaciones del fabricante, que usualmente se encuentran en un rango de 30 a 36 PSI (libras por pulgada cuadrada).
Uso del aire acondicionado o ventanas. La decisión de utilizar el aire acondicionado o abrir las ventanas también impacta en el consumo de combustible, variando según la velocidad a la que se circula. Al conducir a velocidades superiores a 60 km/h, abrir las ventanas puede crear un "efecto paracaídas", aumentando la resistencia al avance del vehículo debido a la fuerza del aire que penetra en la cabina.
Por otro lado, el uso del aire acondicionado incrementa la demanda de energía en el motor. Sin embargo, este efecto es menos significativo a altas velocidades en comparación con el aumento de resistencia aerodinámica causado por las ventanas abiertas.
En decir, para optimizar el consumo de combustible se recomienda mantener las ventanas cerradas y utilizar el aire acondicionado al conducir a más de 50 km/h, mientras que a velocidades inferiores, abrir las ventanas es una alternativa más eficiente, ya que el efecto aerodinámico adverso es menor.
No sobrecargar el vehículo. Un mayor peso exige un esfuerzo adicional por parte del motor para acelerar y mantener la velocidad. La Real Automóvil Club de España (RACE) indica que añadir 100 kg adicionales al peso del vehículo puede incrementar el consumo de combustible en aproximadamente un 6%. Por lo tanto, lo mejor es minimizar el peso transportado ya sea en el maletero o el interior del vehículo, llevando solo lo indispensable.