El momento de cambiar tu auto es una de esas decisiones que muchos propietarios temen enfrentar. No solo se trata de dejar atrás un vehículo con el que probablemente has compartido muchos kilómetros, sino también de hacer una inversión significativa. Sin embargo, hay situaciones en las que reemplazar tu vehículo es una decisión inteligente y, a veces, inevitable. En auto.cl te contamos las señales claras de que es hora de cambiar de auto y los factores que debes considerar para asegurarte de que es la mejor decisión.
Los costos de reparación superan el valor del vehículo. Uno de los signos más obvios de que tu auto necesita ser reemplazado es cuando los costos de reparación se disparan. Si tu auto requiere reparaciones frecuentes y costosas, como la transmisión o el motor, es probable que estés gastando más dinero del que realmente vale el vehículo. Es importante calcular cuánto te está costando mantenerlo y comparar esos costos con la posibilidad de adquirir un auto nuevo o usado.
Problemas de seguridad que no se pueden ignorar. La seguridad debe ser una prioridad. Si tu auto tiene problemas con sistemas de seguridad críticos, como los frenos, el control de estabilidad o las bolsas de aire, es hora de considerar seriamente el cambio. Los autos más nuevos también suelen tener sistemas de seguridad avanzados, como frenado automático de emergencia y monitoreo de punto ciego, que pueden hacer una gran diferencia en tu seguridad y la de tus pasajeros. De todos modos, la recomendación siempre es hacer el mantenimiento de forma regular.
El rendimiento del auto ha disminuido considerablemente. Con el tiempo, los autos pierden rendimiento. Si notas que tu vehículo ya no acelera de la misma manera, consume mucho más combustible o simplemente no responde como antes, estas son señales claras de que tu auto está llegando al final de su vida útil. El consumo elevado de combustible es especialmente problemático, ya que no solo aumenta tus gastos, sino que también contribuye a una mayor huella de carbono.
Necesitas un vehículo que se adapte mejor a tu estilo de vida. Tu auto puede haber sido perfecto para tus necesidades en el pasado, pero las circunstancias cambian. Quizás ahora tengas una familia y necesites más espacio o un SUV en lugar de un sedán compacto. O, tal vez, has comenzado a viajar largas distancias y un auto más eficiente en combustible sería una mejor opción. Evaluar si tu vehículo actual sigue cumpliendo con tus necesidades diarias es fundamental.
Tu auto ya no es confiable. ¿Tu auto se ha averiado en momentos críticos? Si experimentas fallas inesperadas o temes que el auto no arranque cuando más lo necesitas, es una señal de que no es confiable. La tranquilidad de tener un vehículo en el que puedes confiar no tiene precio, especialmente si vives en áreas con clima extremo o si dependes del auto para tus actividades diarias.
Las regulaciones te afectan. En la Región Metropolitana existe la restricción vehicular que prohíbe la circulación de vehículos con ciertas características. Por ejemplo, en el caso de los vehículos catalíticos con sello verde inscritos antes del 1 de septiembre de 2011, se aplicará restricción vehicular de dos dígitos diarios en la provincia de Santiago y en las comunas de Puente Alto y San Bernardo en horarios y días específicos. Lo mismo para las motos inscritas antes de 2010; y también de vehículos sin sello verde y motocicletas de años anteriores a 2002, entre otros.
El valor de reventa sigue disminuyendo. Cuanto más tiempo mantienes un auto, más se deprecia. Si tu auto todavía tiene un valor razonable, venderlo ahora podría ser más beneficioso que esperar a que pierda más valor. Esto es especialmente cierto si tu auto tiene alta demanda en el mercado de autos usados, como los vehículos familiares o SUV.
Una regla general es que si los costos de reparación superan el 50% del valor de tu auto, podría ser momento de cambiarlo. Además, tener un vehículo que necesita reparaciones constantes es un riesgo, especialmente si alguna falla afecta la seguridad. Por ejemplo, si el auto carece de características de seguridad modernas y tus necesidades han cambiado, como si ahora transportas a tu familia con frecuencia, podrías estar poniendo en riesgo a tus seres queridos. Claro, hay situaciones en las que vale la pena conservar tu auto, especialmente si no tienes problemas de confiabilidad y el vehículo cumple con tus necesidades. Además, si el auto está completamente pagado y aún funciona bien, podría ser más económico mantenerlo y ahorrar el dinero que gastarías en un vehículo nuevo.